miércoles, 22 de enero de 2020

El lenguaje poético como herramienta política del feminismo negro



EL LENGUAJE POÉTICO COMO HERRAMIENTA POLÍTICA DEL FEMINISMO NEGRO

Todavía huelo la espuma del mar que me hicieron atravesar.
La noche, no puedo recordarla.
Ni el mismo océano podría recordarla.
Pero no olvido el primer alcatraz que divisé.
Altas, las nubes, como inocentes testigos presenciales.
Acaso no he olvidado ni mi costa perdida, ni mi lengua ancestral
Me dejaron aquí y aquí he vivido.
Y porque trabajé como una bestia,
aquí volví a nacer.
A cuanta epopeya mandinga intenté recurrir. (…)
Nancy Morejón

El siguiente análisis pretende desarrollar el proceso político a través de la subjetividad de la mujer negra o en su defecto afrodescendiente, debido a que, estas manifestaciones poéticas, dan cuenta y exponen sus problemáticas a través del lenguaje, esto significa que revierten la lógica para generar un cambio o al menos exteriorizarlo. Por ello, me permito citar a autores que sociológicamente puedan ofrecer sus conceptos para la interpretación y tratar de explicar cómo estas expresiones pueden servir a la teoría del feminista negra a reivindicar y materializar sus propias opresiones e incluso la capacidad para combatirlas.
El feminismo negro en un primer momento se ve encaminado a criticar la dominación clasista, sexista y racista del sistema existente, principalmente desde la denuncia a la diferencia entre la mujer blanca/ occidental respecto a las mujeres de color y sus implicaciones sociales. Múltiples autoras se han encargado de desarrollar estas afirmaciones, tal como bell hooks o Angela Davis, las cuales tiene la firme convicción de criticar las interseccionalidades entre clase, raza y género.
Poulantzas, por ejemplo, definiendo lo político como la superestructura jurudica-politica del Estado y la política como las prácticas de clase, afirmando que la lucha política es el motor de la historia. Bajo esta lógica, el feminismo negro estadunidense y sus primeras representante se vieron empapadas de una perspectiva sumamente relacionada con la clase y al marxismo, sobre todo en espacios comunistas y movimientos radicales como el de “Las panteras negras”. Sin embargo, Poulantzas más que reflejar el problema de raza y género dentro de la corriente feminista, solamente se vería explicada a través de la transformación del Estado hacia un proceso de democratización socialista, teniendo una concepción histórico marxista. El feminismo negro estaría entonces impulsado esta lucha de clases bajo su perspectiva transformadora y anticapitalista,  practicando la política con el fin de cambiar las estructuras del Estado que tiene un determinado modo de producción que es el capitalista, pese a que el autor se encamina a una transformación en sus estructuras políticas centrándose en el Estado más que la raza.
Por otra lado, Quijano diría que el poder del capitalismo mundial se genera a partir del control de tres vertientes;  el trabajo, la raza y el género. Nombrando al trabajo como clasificación social, a la raza y género como fuente de dominación. Entonces el poder del capitalismo se encuentra en la explotación de los trabajadores bajo mecanismos de dominación,  la raza y el género son las que generan la colonialidad del poder, se entiende a la colonialidad del poder primeramente en función de la llamada clasificación social, la cual el sexo, edad, fuerza de trabajo forman parte de esas clasificaciones en América Latina, constituyendo las relaciones de poder en el sistema moderno eurocentrado.
Quijano nos brinda herramientas bastante útiles para encontrar en el feminismo negro  un modo de combatir y destruir de la colonialidad del poder,  una salida no solo para contrarrestar el racismo sino quitar la piedra angular del sistema capitalista moderno eurocentrado y pensar y repensar la corporeidad de forma que debíamos encontrar vías para su liberación, solo de esta forma se podrá devolver a las gentes: trabajo, sexo, subjetividad, autoridad es decir “La heterogeneidad histórico-estructural del poder”.
Así pues, como Dussel afirma la necesidad y  quehacer de reconceptualizar la política, con el objetivo de ir acorde con la “nueva civilización transmoderna y transcapitalista”. La lucha feminista negra, da pie a reclamar y poner en camino esta reconceptualización a partir de su condición de raza/genero, por ejemplo, en los años de 1970- 1980 se dieron a la tarea de formar grupos donde problematizaban el papel de las mujeres negras en el nacionalismo negro, la liberación gay y la segunda ola del feminismo, generando así prácticas políticas subalternas donde la sede del poder se genera a través de la comunidad. Encontrando desde su conciencia una identidad particular para lleva a cabo dichos procesos que nos lleven a un cambio, ya no de clase si no institucional y el desarrollo de una conciencia crítica. El campo de la política se vería reflejado en la lucha por el poder por medio de exponer aquello que implica la construcción de la raza y el género.
Mignolo, por ejemplo, propone la recuperación de aquellas categorías negadas en el pensamiento y praxis social de la periferia, los cuales son desacertados por un pensamiento único. La propuesta es generar un “paragima otro”, a través de las historias locales negadas e impregnadas en la diferencia desde la modernidad.  Es por ello por lo que el saber debe estar impulsado frente a las transformaciones del poder. Por ejemplo, el feminismo decolonial impulsado por las mujeres de Abya Yala (feminismo actual),  propone presentar los aportes intelectuales de activistas, pensadoras y académicas haciendo una critica al patriarcado moderno conectado con el racismo, capitalismo y la colonialidad cuestionando así el pensamiento del feminismo hegemónico occidental.
Así,  y enfocada en la forma de exponer el feminismo negro, ya no desde una perspectiva de clase/raza/ género que se encamina   más a la lucha de clase, ahora, se manifiesta un modo de producir un feminismo que lleve a la descolonización del pensamiento, dejando claro los procesos y las transformaciones de este. Una particularidad bastante importante dentro del feminismo negro decolonial  es la reivindicación de su sexualidad y su continua denuncia hacia la sexualización debido a los procesos históricos y a las percepciones occidentales sobre el cuerpo de la mujer negra o afrodescendiente, esto implica desde la perspectiva de Foucault, encontrar relaciones de poder mediante lo íntimo, las cuales se reflejan en relaciones de la vida cotidiana arraigada a las instituciones en las que estamos inmersos e inmersas.  
Lo que se plantea, es que debería formarse un sujeto encaminado a la conciencia de sí mismo, así pues, las luchas son las que construyen las oposiciones a la dominación,  las denuncias contra la explotación y por ende, son ejemplo de este despertar de conciencia través de las experiencias. Así pues, Audre Lorde, poeta, ensayista, novelista, negra, lesbiana, feminista y escritora a través de sus textos poéticos afirma desde la subjetividad lo que implica ser mujer negra y a través de apropiar lo erótico a una transformación de poder, revierte estas relaciones y denuncia la opresión desde su experiencia, encontrando en el “silencio” una forma histórica de relación de poder hacia la mujer, sobre todo la mujer negra.
Por tanto, se denotan experiencias particulares que se ven reflejadas en las instituciones las cuales se reproducen por medio del Estado y un control que nos conduce a comportarnos de maneras particulares generando  “bloques” que son un modo de disciplina que se articula a partir de tres modelos. La disciplina que toma origen en el siglo XVIII en la sociedad europea. Instituciones tales como la penitenciaria, los hospitales, talleres, escuelas, o el ejército son aquellas donde se encuentran profundamente arraigados estos tres tipos de poderes.
Las conductas generadas sobre la mujer negra, se ve manifestada, desde su percepción erótica o inferiorización racial a partir de discursos tan simples como chistes racistas y sexistas en los medios de comunicación, entre muchas más manifestaciones. Por ello, las luchas y las pensadoras feministas negras han expuesto estas relaciones de poder las cuales son difíciles de identificar y Audre Lorde por ejemplo las manifiesta a través de la poesía.
Por su parte y hablando de la poesía de Audre Lorde y por medio del pensamiento de Habermas se puede traducir como un proceso de entendimiento. El autor expone como la comunicación y el lenguaje son muy importantes para llevar a cabo una salvación, sobre todo en la vida política, (entiéndase política como aquella que se encarga de solucionar asuntos de competencia comunicativa a través de una búsqueda de acuerdos y negociaciones). Por ello, la comunicación es un medio para alcanzar la resolución de las problemáticas en el ámbito mencionado, la fuerza comunicativa se convierte en una herramienta para organizar el ejercicio del poder y la posibilidad de adquirir fines encaminados a la justicia, pues es a través del discurso con fundamentos éticos, es que la violencia podría disminuir.
Por ejemplo, la poesía de Nancy Morejón ha generado un proceso de entendimiento no solo por su posición de poeta, sino de su capacidad para generar una acción orientada hacia el entendimiento, a continuación, se presenta un fragmento de una poema llamado “amo a mi amo”:
¿Qué me dirá?
¿Por qué vivo en la morada ideal para un murciélago?
¿Por qué le sirvo?
¿Adonde va en su espléndido coche
tirado por caballos más felices que yo?
Mi amor es como la maleza que cubre la dotación,
única posesión inexpugnable mía.

Maldigo esta bata de muselina que me ha impuesto;
estos encajes vanos que despiadado me endilgó;
estos quehaceres para mí en el atardecer sin girasoles;
esta lengua abigarradamente hostil que no mastico;
estos senos de piedra que no pueden siquiera amamantarlo;
este vientre rajado por su látigo inmemorial;
este maldito corazón.

Tanto Nancy como Audre utilizan la  “racionalidad comunicativa” bajo la perspectiva de Habermas. La cual, se mide por las susceptibilidades, este tipo de racionalidad existe una amplia posibilidad de generar acuerdos entre los sujetos,  mediante un acto lo llamado “acto ilocucionario” que es cuando,  el hablante y oyente tienen una interacción que los lleva a tener una conciencia entre lo que se dice y se realiza.  De este modo, los participantes van construyendo un proceso de entendimiento a través de la reflexión en cuanto a lo que se trata de comunicar, la cual lleva a una integración sistémica y el leguaje se convierte en un modo de cambio social.
Alude nos comparte:
“Los padres blancos nos dijeron “Pienso, luego existo”. La madre negra que todas llevamos dentro, la poeta, nos susurra en nuestros sueños: “Siento, luego puedo ser libre”. La poesía acuña el lenguaje con el que expresar e impulsar esta exigencia revolucionaria, la puesta en práctica de la libertad. “
Y, por último, Victoria Eugenia Santa Cruz Gamarra:
“Me gritaron Negra”
Negra soy
De hoy en adelante no quiero
laciar mi cabello
No quiero
Y voy a reírme de aquellos,
que por evitar -según ellos-
que por evitarnos algún sinsabor
Llaman a los negros gente de color
¡Y de qué color!
NEGRO
¡Y qué lindo suena!
NEGRO
¡Y qué ritmo tiene!

Se reflexiona que este tipo de poesía se ven encaminada a generar una conciencia feminista negra, por ello, se pensaría que si estás poemas logran generar un acto ilocucionario entre el hablante y oyente se puede llegar a un tipo de conciencia que ayude a la construcción de un feminismo que resuelva sus problemas a partir de este tipo de comunicación.
Y de esta forma, como lo diría Niklas Luhmann, a través de feminismo negro se generaría una serie más amplia de repertorios opcionales, pues el poder como un cogido y medio de comunicación a través de la relación entre el alter y ego, es capaz de sugerir acciones de selección. La cuales dan opciones más optimas dentro del sistema mismo que resuelva problemáticas que reclaman el feminismo negro. 
Por su parte y citando a Bauman, en la deconstrucción de la política, se explican las selecciones individuales restringidas por un conjunto de limitaciones llamada agenda de acciones que dan alternativas, las cuales son controladas por los legisladores antes que los individuos que les son proporcionados  códigos de elección influenciados por el hecho de instruir reglas de conductas que nos enseñan la alternativa que elegir , generalmente diferenciando entre  lo deseable e indeseable, aconsejable y desaconsejable.
 Surgiendo así, una separación del poder y la política donde el Estado político  era el que controlaba y autorregulaba pasa la publicidad a ocupar el lugar que antes tenían la ley. Así surgen los deseos individuales lo cual presupondría la libertad individual y la afirmación del individuo, bajo sus propios modelos de felicidad. El Estado ya no es el que rige como el responsable de una sociedad racional,  ahora son los gestores, interpretes. Se lleva a cabo un nuevo programa de emancipación pública, que consiste en autoconstruir una vida individual en la cual la vida política depende de sí mismo o misma, cayendo en la burda afirmación que el estilo de vida en el que nos encontramos depende de las decisiones tomadas.
 La solución que Bauman encuentra en la modernidad liquida es que “la esfera pública” y el “poder político” se traduzcan en los problemas privados para de esta manera “recolectivizar las teorías privadas de la política de la vida” bajo esta línea, la recolectivización de las experiencias de la mujer negra  a través de la poesía, ayudaría a contrarrestar esta libertad individual y de consumo mediante el feminismo negro y una lucha política colectiva, donde las alternativas a elegir, no se vean completamente reguladas por el mercado y el repertorio que propone Luhmann no se vea transgredido a alternativas que conlleven a la represión.
En conclusión, se hace un recuento del feminismo negro y la transformación que lo conllevó a cambiar sus formas de luchas, pues las condiciones de pensamiento fueron cambiando, sin embargo, se logra rescatar que dentro de todo ese proceso, la poesía de la mujer negra estuvo ahí,  sin tener una posición política particular a la cual seguir, no obstante, se podría pensar que a través de ella y retomando las subjetividades que en la modernidad se logran vislumbrar, se puede convertir en una herramienta potente para seguir con la lucha feminista negra, transformando su condición de raza/género a un lenguaje poético y al tiempo mismo convirtiéndolo en una práctica política.


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