miércoles, 22 de enero de 2020

Un análisis de los pueblos latinoamericanos a través de las mujeres indígenas Bolivianas y la derecha disfrazada de izquierda Evo-moralista


El presente trabajo tiene el objetivo de hacer un análisis de contenido de las diversas noticias alternativas que se han publicado respecto a la situación Boliviana, para de este modo poner en marcha las distintas interpretaciones teóricas, concretamente desde el marxismo analítico, incluyendo conceptos tales como la clase, la raza, género y la muerte del Estado benefactor, junto al resurgimiento de la derecha como la ideología opositora. Aludiendo principalmente el encuentro de una sociedad sometida y amarrada entre una disputa de clase trabajadora que es conformada por el pueblo Boliviano contra una burguesía que se ve encarnada por Camacho.

Sin embargo, existen esos otros elementos que le dan sentido al porqué el resurgimiento de una sociedad ceñida por un racismo estructural hacia el sesenta por ciento de la población que pertenece a comunidades indígenas, la misoginia que guarda el discurso de la iglesia católica al querer preservar a la “familia” bajo el precepto de controlar los cuerpos de las mujeres. En este sentido, más allá de un marxismo ortodoxo, surgen otros conceptos que entran en juego para explicar la creciente y compleja sociedad latinoamericana, por ello se alude al surgimiento de una y un nuevo actor político que hace necesario repensar el análisis, y que el máximo analítico podría añadir en su agenda científica de estudio.

Remitiéndonos a los hechos, el pasado 11 de noviembre, tras trece años, nueve meses y dieciocho días de gobierno, Evo Morales, y el vicepresidente a partir de una serie de protestas dadas en su contra por un supuesto fraude electoral de pie a sus renuncias, a través de un golpe de Estado protagonizado por el ejército y la policía boliviana.  

“Es mi obligación como presidente indígena y de todos los bolivianos asegurar la paz social”, "Renuncio para que [Carlos] Mesa y [Luis Fernando] Camacho no sigan maltratando a los familiares de nuestros compañeros, no sigan atacando a los ministros y diputados, para que dejen de maltratar a los más humildes”, dijo Morales. “La lucha no termina aquí. Los humildes, los patriotas, vamos a continuar luchando por la igualdad y la paz. Espero que hayan entendido mi mensaje; Mesa y Camacho, no perjudiquen a los pobres, no le hagan daño al pueblo. Queremos que vuelva la paz social. Grupos oligárquicos conspiraron contra la democracia. Fue un golpe de Estado cívico y policial. Duele mucho lo que ha pasado”

Y así tras un discurso que se viste de pueblo, Evo Morales se retiró sin más, faltando al compromiso histórico que conlleva el defender a los pueblos indígena, sin embargo, el pueblo respondió para defenderse así mismo, de la derecha y de la introducción forzada de la iglesia, ello se vio reflejado en las calles, tras una noticia publicada por Newsweek México, “Nueve muertos durante protesta en Bolivia; CIDH condena uso de la fuerza” afirma que en el enfrentamiento entre la gente y el ejercito llevó por saldo la muerte de nueve manifestantes en la ciudad de Sacaba, en el departamento de Cochabamba, también decenas de heridos y más de cien detenidos.  De los fallecidos se identifica a Omar Calle, César Cipe, Juan López y Emilio Colque.   Nelson Cox, defensor del Pueblo de Cochabamba, ellos asesinados por medio de armas de fuego según aseguran los medios locales.

“Luis Fernando Camacho (Santa Cruz) y Marco Pumarí (Potosí), han sido junto al candidato opositor, Carlos Mesa, las caras visibles de las movilizaciones que terminaron derrocando al gobierno de Morales, aunque los primeros han destacado por su visión radicalizada y por ingresar al palacio de Gobierno o Casa del Pueblo con la Biblia.” (Diego Vera, “Con la Biblia en la mano: los opositores que terminaron con el gobierno de Evo Morales”, publicado por: bibiochile).

Ahora bien, es pertinente preguntarnos posibles explicaciones respecto a la opresión contra el pueblo Boliviano y ello se puede explicar a través de añadir el concepto de clase, asimismo el de raza y género. Aníbal Quijano es uno de los principales representantes del estudio de la colonialidad, de origen peruano y perspectiva marxista, a través de las clasificaciones sociales explica, como bajo las normas de la modernidad eurocéntrica más allá de la relación explotador/ proletario, es la raza un eje central de dominación, este llamado “colonialidad del poder” dentro del sistema capitalista eurocéntrico. En este sentido, la racializacion del marxismo en Quijano es de gran importancia debido al contexto histórico social de América Latina.

Así pues, cuando la producción del sujeto colectivo se interpreta en las corrientes posmodernas como sujeto histórico, el cual se inclina hacia una herencia hegeliana donde se define al sujeto como metafísico, niega al “conjunto de estas gentes”. Las luchas colectivas de trabajadores, identidades nacionales y/o étnicas y religiosas se convierten en un proceso de subjetivación las cuales son discontinuas en tiempo y espacio, sin embargo, le dan sentido a la dialéctica explotación/dominación las cuales se convierten en la definición de clasificación social.

De acuerdo con Quijano, se ignora que, desde hace quinientos años, en América Latina otras identidades se reúnen y surgen en torno a la clasificación de “raza”. De esta manera, explica el poder del capitalismo mundial a partir de tres vertientes, es decir el trabajo, la raza y el género. Nombrando al trabajo como clasificación social, a la raza y género como fuente de dominación. Se resume entonces que el capitalismo a través de la explotación de los trabajadores en sus mecanismos de dominación, recaen la raza y el género en las cuales se genera la colonialidad del poder.

Por esto, las nuevas formas de clasificación social surgen a partir de la racializacion y se explican en conjunto a la colonialidad del poder. Es por ello por lo que Quijano apuesta la suma importancia que tiene estudiar todas las derivaciones que implican en el mundo capitalista, en este caso en particular a los pueblos Bolivianos.

De esta manera , se puede comprender la situación general de América Latina y particular de la emergencia Boliviana, se puede entender por qué Camacho proclama el regreso de la religión católica rechazando la bandera whipala, de los pueblos originarios y todo aquello que transgreda su ideología de derecha, racista, patriarcal y colonial. 

“Además de la reinstauración de la Biblia, tras la renuncia de Morales se difundieron videos con personas sacando de instituciones oficiales, como comisarías, la wiphala o bandera de los pueblos indígenas de la cordillera de Los Andes, además de quemarla. Otro registro mostraba que policías la cortaban de su insignia.”( Diego Vera , “Con la Biblia en la mano: los opositores que terminaron con el gobierno de Evo Morales”, publicado por: bibiochile)

El pueblo boliviano se encuentra de acuerdo a Quijano, en una  “colonialidad de poder” latente, la lucha por la existencia deviene de los oprimidos, de la clase trabajadora pero también de las mujeres indígenas, mismas que surgen como un actor político activo, las fotografías arduamente difundidas en las redes sociales con mujeres indígena tras humo y barricadas dan muestra y veracidad de ello, era de esperarse, pues  la situación en las calles reclama su existencia, su situación de ser mujer, de clase trabajadora y ser perteneciente a un pueblo indígena.

 “Creo que es importante que veamos, mientras intentamos entender la profundidad y la fuerza de la violencia en la producción tanto del lado oculto/oscuro como del lado visible/claro del sistema de género moderno/colonial, que esta heterosexualidad ha sido coherente y duraderamente perversa, violenta, degradante, y ha convertido a la gente ‘no blanca’ en animales y a las mujeres blancas en reproductoras de La Raza (blanca) y de La Clase (burguesa)” (Lugones, 2014).

Las mujeres han sido testigas de una serie de actos violentos en las calles, un ejemplo de ello es un video donde aparece una mujer llorando dolorosamente diciendo lo siguiente: “Sabes a las mujeres que nos han hecho, nos han cortado el cabello, las trenzas nos han cortado, eso jamás, nunca lo vamos a olvidar, ¿acaso eso es poco para ustedes?, que se vaya la presidenta, no la queremos, nos han humillado, nos han quemado la whipala, nos han pisoteado, eso no podemos permitir nosotros, eso los han hecho los policías, los policías son como nosotros, campesinos y por qué nos han hecho esas cosas”

La pregunta que surge aquí, es que papel ha jugado Evo Morales aún después de sus constantes reelecciones, que ha hecho al taparse bajo un discurso que defiende los intereses de las y los indígenas pero huye al primer instante,  quién ha pagado las consecuencias y ha sido el que ha puesto la carne y el cuerpo ante las balas de Estado burgués, como bien lo diría María Galindo y concordando con la mayoría de sus puntos de análisis, en la noticia llamada “Bolivia: la noche de los cristales rotos” estamos ante el enfrentamiento verás de dos caudillos, uno representando a la supuesta izquierda y el otro, un hombre blanco, heterosexual y católico privilegiado, representando a la derecha, que busca sustentar el poder a través del terror y la masacre.

En este sentido, vale la pena mencionar a Adam Przerworki, que bien puede explicar el reclamo de la derecha por terminar su revolución burguesa y destruir completamente el Estado benefactor surgido en el keynesianismo, mismo que funda las bases políticas y la ideología de compromiso de la democracia capitalista, es decir la ilusión de que el Estado pudiera reconciliarse con la propiedad privada.

Que tan cierto es que, en América Latina, la derecha ha tomado el completo control, liberando la acumulación y destruyendo la democracia, si para el autor el proyecto de la derecha en un contexto occidental es poco posible, lamentablemente en este lado del mundo se ha estado llevando a cabo desde mucho antes de que Chile, Ecuador, Haití y Bolivia estallarán.

Efectivamente, el compromiso de clase del que habla el keynesianismo se ha visto difuminado a consecuencia de los intereses internacionales que occidente tiene sobre los pueblos latinoamericanos y que toma de caretas y títeres a los representantes del Estado, tal es el caso de Camacho e incluso en el contexto mexicano bajo el discurso progresista de López Obrador.

 Sin embargo, aunque la derecha sigue en el intento de ganar el terreno por completo, aunque sigue en su intento por monopolizar el poder del capital y dejar fuera las organizaciones colectivas, estás han respondido desde sus condiciones de clase, raza, género y han luchado por preservar y defender a la izquierda, reclamando el compromiso de clase que bien podría definir Przerworki.

Quizá no desde un sindicalismo, pero si, a partir de la organización que defienda la dignidad, quizá no desde una alternativa socialista, pero desde una que no lleve por estandarte la acumulación perversa del capitalismo, en definitiva, las soluciones se irán tejiendo tras la aguja del combate. No desde Evo, el cual se vio empapado por un sistema capitalista que esta detentado por una pequeña elite de intelectuales.

Considero que la izquierda existe, pero difícilmente se podría sentir en las manos crueles del Estado, del empresario, del blanco o del caudillo que guarda un color moreno en la piel y se oculta bajo el dolor de los pueblos indígenas con el burdo objetivo de sustentar el poder que mata y desaparece. Se podría preguntar una, una que es mujer, que es indígena, que no es empresaria, ni presidenta, que no cuenta con ningún cargo público sino comunitario y pelea con palos y con el hijo cargando, y que le cortan las trenzas y llora de impotencia cada vez que recuerda los ojos que la miran desde la iglesia.

Conviene preguntar quién es de izquierda, considero que el pueblo Boliviano lo es, bajo un precepto sensible y humano, quién defiende la vida, el agua y las emociones en la lucha es de izquierda y Bolivia lo es. La izquierda no es de Evo, no, mientras defiendan el sistema económico, político, cultural, racial y patriarcal en el que pisamos el cemento o la tierra.

A modo de comentario, es pertinente que el marxismo analítico de pie a los análisis de la situación latinoamericana, debido a que se complejiza cada vez más, la clase se ve atravesada por distintas identidades que conviene observar, las organización se complejizan, las mujeres fungen más que como representantes de clase, como representantes de la lucha por la vida, es conveniente ampliar las líneas de análisis, criticar al sistema capitalista bajo preceptos quizá nunca pensados.

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