El
presente trabajo tiene el objetivo de hacer un análisis de contenido de las
diversas noticias alternativas que se han publicado respecto a la situación
Boliviana, para de este modo poner en marcha las distintas interpretaciones
teóricas, concretamente desde el marxismo analítico, incluyendo conceptos tales
como la clase, la raza, género y la muerte del Estado benefactor, junto al
resurgimiento de la derecha como la ideología opositora. Aludiendo
principalmente el encuentro de una sociedad sometida y amarrada entre una
disputa de clase trabajadora que es conformada por el pueblo Boliviano contra
una burguesía que se ve encarnada por Camacho.
Sin
embargo, existen esos otros elementos que le dan sentido al porqué el
resurgimiento de una sociedad ceñida por un racismo estructural hacia el sesenta
por ciento de la población que pertenece a comunidades indígenas, la misoginia
que guarda el discurso de la iglesia católica al querer preservar a la
“familia” bajo el precepto de controlar los cuerpos de las mujeres. En este
sentido, más allá de un marxismo ortodoxo, surgen otros conceptos que entran en
juego para explicar la creciente y compleja sociedad latinoamericana, por ello
se alude al surgimiento de una y un nuevo actor político que hace necesario repensar
el análisis, y que el máximo analítico podría añadir en su agenda científica de
estudio.
Remitiéndonos
a los hechos, el pasado 11 de noviembre, tras trece años, nueve meses y
dieciocho días de gobierno, Evo Morales, y el vicepresidente a partir de una
serie de protestas dadas en su contra por un supuesto fraude electoral de pie a
sus renuncias, a través de un golpe de Estado protagonizado por el ejército y
la policía boliviana.
“Es
mi obligación como presidente indígena y de todos los bolivianos asegurar la
paz social”, "Renuncio para que [Carlos] Mesa y [Luis Fernando] Camacho no
sigan maltratando a los familiares de nuestros compañeros, no sigan atacando a
los ministros y diputados, para que dejen de maltratar a los más humildes”,
dijo Morales. “La lucha no termina aquí. Los humildes, los patriotas, vamos a
continuar luchando por la igualdad y la paz. Espero que hayan entendido mi
mensaje; Mesa y Camacho, no perjudiquen a los pobres, no le hagan daño al
pueblo. Queremos que vuelva la paz social. Grupos oligárquicos conspiraron
contra la democracia. Fue un golpe de Estado cívico y policial. Duele mucho lo
que ha pasado”
Y
así tras un discurso que se viste de pueblo, Evo Morales se retiró sin más,
faltando al compromiso histórico que conlleva el defender a los pueblos indígena,
sin embargo, el pueblo respondió para defenderse así mismo, de la derecha y de
la introducción forzada de la iglesia, ello se vio reflejado en las calles,
tras una noticia publicada por Newsweek México, “Nueve muertos durante
protesta en Bolivia; CIDH condena uso de la fuerza” afirma que en el
enfrentamiento entre la gente y el ejercito llevó por saldo la muerte de nueve
manifestantes en la ciudad de Sacaba, en el departamento de Cochabamba, también
decenas de heridos y más de cien detenidos.
De los fallecidos se identifica a Omar Calle, César Cipe, Juan López y
Emilio Colque. Nelson Cox, defensor del
Pueblo de Cochabamba, ellos asesinados por medio de armas de fuego según
aseguran los medios locales.
“Luis
Fernando Camacho (Santa Cruz) y Marco Pumarí (Potosí), han sido junto al
candidato opositor, Carlos Mesa, las caras visibles de las movilizaciones que
terminaron derrocando al gobierno de Morales, aunque los primeros han destacado
por su visión radicalizada y por ingresar al palacio de Gobierno o Casa del
Pueblo con la Biblia.” (Diego Vera, “Con la Biblia en la mano: los opositores
que terminaron con el gobierno de Evo Morales”, publicado por:
bibiochile).
Ahora
bien, es pertinente preguntarnos posibles explicaciones respecto a la opresión
contra el pueblo Boliviano y ello se puede explicar a través de añadir el
concepto de clase, asimismo el de raza y género. Aníbal Quijano es uno de los
principales representantes del estudio de la colonialidad, de origen peruano y
perspectiva marxista, a través de las clasificaciones sociales explica, como
bajo las normas de la modernidad eurocéntrica más allá de la relación
explotador/ proletario, es la raza un eje central de dominación, este llamado
“colonialidad del poder” dentro del sistema capitalista eurocéntrico. En este
sentido, la racializacion del marxismo en Quijano es de gran importancia debido
al contexto histórico social de América Latina.
Así
pues, cuando la producción del sujeto colectivo se interpreta en las corrientes
posmodernas como sujeto histórico, el cual se inclina hacia una herencia
hegeliana donde se define al sujeto como metafísico, niega al “conjunto de
estas gentes”. Las luchas colectivas de trabajadores, identidades nacionales
y/o étnicas y religiosas se convierten en un proceso de subjetivación las
cuales son discontinuas en tiempo y espacio, sin embargo, le dan sentido a la
dialéctica explotación/dominación las cuales se convierten en la definición de
clasificación social.
De
acuerdo con Quijano, se ignora que, desde hace quinientos años, en América
Latina otras identidades se reúnen y surgen en torno a la clasificación de
“raza”. De esta manera, explica el poder del capitalismo mundial a partir de
tres vertientes, es decir el trabajo, la raza y el género. Nombrando al trabajo
como clasificación social, a la raza y género como fuente de dominación. Se
resume entonces que el capitalismo a través de la explotación de los
trabajadores en sus mecanismos de dominación, recaen la raza y el género en las
cuales se genera la colonialidad del poder.
Por
esto, las nuevas formas de clasificación social surgen a partir de la
racializacion y se explican en conjunto a la colonialidad del poder. Es por
ello por lo que Quijano apuesta la suma importancia que tiene estudiar todas
las derivaciones que implican en el mundo capitalista, en este caso en
particular a los pueblos Bolivianos.
De
esta manera , se puede comprender la situación general de América Latina y
particular de la emergencia Boliviana, se puede entender por qué Camacho
proclama el regreso de la religión católica rechazando la bandera whipala, de los
pueblos originarios y todo aquello que transgreda su ideología de derecha,
racista, patriarcal y colonial.
“Además
de la reinstauración de la Biblia, tras la renuncia de Morales se difundieron
videos con personas sacando de instituciones oficiales, como comisarías, la
wiphala o bandera de los pueblos indígenas de la cordillera de Los Andes,
además de quemarla. Otro registro mostraba que policías la cortaban de su
insignia.”( Diego Vera , “Con la Biblia en la mano: los opositores
que terminaron con el gobierno de Evo Morales”, publicado por: bibiochile)
El
pueblo boliviano se encuentra de acuerdo a Quijano, en una “colonialidad de poder” latente, la lucha por
la existencia deviene de los oprimidos, de la clase trabajadora pero también de
las mujeres indígenas, mismas que surgen como un actor político activo, las
fotografías arduamente difundidas en las redes sociales con mujeres indígena
tras humo y barricadas dan muestra y veracidad de ello, era de esperarse, pues la situación en las calles reclama su
existencia, su situación de ser mujer, de clase trabajadora y ser perteneciente
a un pueblo indígena.
“Creo que es importante que veamos, mientras
intentamos entender la profundidad y la fuerza de la violencia en la producción
tanto del lado oculto/oscuro como del lado visible/claro del sistema de género
moderno/colonial, que esta heterosexualidad ha sido coherente y duraderamente
perversa, violenta, degradante, y ha convertido a la gente ‘no blanca’ en
animales y a las mujeres blancas en reproductoras de La Raza (blanca) y de La
Clase (burguesa)” (Lugones, 2014).
Las
mujeres han sido testigas de una serie de actos violentos en las calles, un
ejemplo de ello es un video donde aparece una mujer llorando dolorosamente
diciendo lo siguiente: “Sabes a las mujeres que nos han hecho, nos han cortado
el cabello, las trenzas nos han cortado, eso jamás, nunca lo vamos a olvidar,
¿acaso eso es poco para ustedes?, que se vaya la presidenta, no la queremos,
nos han humillado, nos han quemado la whipala, nos han pisoteado, eso no
podemos permitir nosotros, eso los han hecho los policías, los policías son
como nosotros, campesinos y por qué nos han hecho esas cosas”
La
pregunta que surge aquí, es que papel ha jugado Evo Morales aún después de sus
constantes reelecciones, que ha hecho al taparse bajo un discurso que defiende
los intereses de las y los indígenas pero huye al primer instante, quién ha pagado las consecuencias y ha sido
el que ha puesto la carne y el cuerpo ante las balas de Estado burgués, como
bien lo diría María Galindo y concordando con la mayoría de sus puntos de
análisis, en la noticia llamada “Bolivia: la noche de los cristales rotos”
estamos ante el enfrentamiento verás de dos caudillos, uno representando a la
supuesta izquierda y el otro, un hombre blanco, heterosexual y católico
privilegiado, representando a la derecha, que busca sustentar el poder a través
del terror y la masacre.
En
este sentido, vale la pena mencionar a Adam Przerworki, que
bien puede explicar el reclamo de la derecha por terminar su revolución
burguesa y destruir completamente el Estado benefactor surgido en el
keynesianismo, mismo que funda las bases políticas y la ideología de compromiso
de la democracia capitalista, es decir la ilusión de que el Estado pudiera
reconciliarse con la propiedad privada.
Que
tan cierto es que, en América Latina, la derecha ha tomado el completo control,
liberando la acumulación y destruyendo la democracia, si para el autor el
proyecto de la derecha en un contexto occidental es poco posible,
lamentablemente en este lado del mundo se ha estado llevando a cabo desde mucho
antes de que Chile, Ecuador, Haití y Bolivia estallarán.
Efectivamente,
el compromiso de clase del que habla el keynesianismo se ha visto difuminado a
consecuencia de los intereses internacionales que occidente tiene sobre los
pueblos latinoamericanos y que toma de caretas y títeres a los representantes
del Estado, tal es el caso de Camacho e incluso en el contexto mexicano bajo el
discurso progresista de López Obrador.
Sin embargo, aunque la derecha sigue en el
intento de ganar el terreno por completo, aunque sigue en su intento por monopolizar
el poder del capital y dejar fuera las organizaciones colectivas, estás han
respondido desde sus condiciones de clase, raza, género y han luchado por
preservar y defender a la izquierda, reclamando el compromiso de clase que bien
podría definir Przerworki.
Quizá
no desde un sindicalismo, pero si, a partir de la organización que defienda la
dignidad, quizá no desde una alternativa socialista, pero desde una que no
lleve por estandarte la acumulación perversa del capitalismo, en definitiva,
las soluciones se irán tejiendo tras la aguja del combate. No desde Evo, el
cual se vio empapado por un sistema capitalista que esta detentado por una
pequeña elite de intelectuales.
Considero
que la izquierda existe, pero difícilmente se podría sentir en las manos
crueles del Estado, del empresario, del blanco o del caudillo que guarda un
color moreno en la piel y se oculta bajo el dolor de los pueblos indígenas con
el burdo objetivo de sustentar el poder que mata y desaparece. Se podría
preguntar una, una que es mujer, que es indígena, que no es empresaria, ni
presidenta, que no cuenta con ningún cargo público sino comunitario y pelea con
palos y con el hijo cargando, y que le cortan las trenzas y llora de impotencia
cada vez que recuerda los ojos que la miran desde la iglesia.
Conviene
preguntar quién es de izquierda, considero que el pueblo Boliviano lo es, bajo
un precepto sensible y humano, quién defiende la vida, el agua y las emociones
en la lucha es de izquierda y Bolivia lo es. La izquierda no es de Evo, no,
mientras defiendan el sistema económico, político, cultural, racial y
patriarcal en el que pisamos el cemento o la tierra.
A
modo de comentario, es pertinente que el marxismo analítico de pie a los
análisis de la situación latinoamericana, debido a que se complejiza cada vez
más, la clase se ve atravesada por distintas identidades que conviene observar,
las organización se complejizan, las mujeres fungen más que como representantes
de clase, como representantes de la lucha por la vida, es conveniente ampliar
las líneas de análisis, criticar al sistema capitalista bajo preceptos quizá
nunca pensados.
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